Dawn

Más rápido, cada vez más rápido, fue retrotrayéndose a los años olvidados y un mundo más simple. Rostros que una vez amara, y que había creído perdidos en el recuerdo, le sonreían dulcemente. Sonrió a su vez con cariño, y sin dolor.

Ahora, por fin, estaba cesando la precipitada regresión; las fuentes de la memoria estaban casi secas. El tiempo fluía cada vez más perezosamente, aproximándose a un momento de éxtasis... como un ondulante péndulo, en el límite del arco, helado durante un instante eterno, antes de que comience en siguiente ciclo.

El intemporal instante pasó; el péndulo invirtió su oscilación. En una habitación vacía, flotando en el medio de los incendios de una estrella doble a veinte mil años- luz de la Tierra, una criatura abrió sus ojos y comenzó a llorar.